Sin duda, aunque los miembros de la pareja que se separa también sufren, los más afectados por la desintegración familiar son los niños.
Numerosos estudios apuntan a que estas situaciones traen todo tipo de consecuencias graves a la vida de los más pequeños. A continuación veremos algunas de las más importantes.
Violencia y crimen
Varias investigaciones sugieren que los hijos de familias desintegradas tienden a ser más violentos y agresivos que aquellos que han crecido en un entorno seguro. Además, también suelen tener más problemas con la justicia.
Esto parece ser especialmente cierto si el miembro que abandona la familia es el padre, por motivos que todavía no están del todo claros.
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